20101019

Seguir

Corro. Corro y hace calor. Qué calor que hace. Parece el infierno, parece Comala, parece San Pedro Sula. Corro. Sin detenerme. Detenerse es para maricas y para taxistas. Sigo. Atrás dejé a mis amigos, si no corrieron como yo la policía los va a atrapar. La policía no me va a atrapar. Nunca. Corro y hace un calor de mierda. El sol está bravo conmigo, se desquita con mi cuerpo. La policía debe estar lejos, pero debo seguir corriendo. La policía debe tener a todos mis amigos. Todos irán presos. Por mi culpa. Soy yo el culpable. Corro. Tropiezo y caigo. Maldita gravedad, maldito Newton, me cuesta levantarme y el calor está matándome. Apuesto a que todos están maldiciéndome, todos están en mi contra. Por eso tengo que seguir corriendo. A ellos los dejarán libres, no hicieron nada malo. Soy yo el culpable. La gente no se aparta. Corro y la gente no se aparta. Son unas vacas, son bultos. Empujo a quién puedo, tiro a un lado a quien puedo. Escupo. Corro. No aguanto. Voy a morir. Estoy seguro de que voy a morir. Hoy. Ahora. Corro. Si me detengo iré preso. La mochila me pesa, pero no la dejaré. Prefiero morir de cansancio a ir preso o a dejar la mochila. Es mía. Yo soy su dueño. El sudor en mis ojos. El sudor en todas partes. Detesto a todos. Apártense vacas, gente sin nombre, con sus pies sembrados, enraizado. Voy corriendo, los mataré si no se apartan. Corro. Me detengo. Cierro los ojos y espero. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Nadie está atrás mío. Nadie me sigue. Debo continuar. Debo seguir corriendo. Debo huir.