Lejos, la lejanía
como el sentimiento más pequeño
la herida oculta
tras la ropa. Allá
junto a mis pies
junto al suelo hirviendo
lejos de mí,
ahí la lejanía.
El volante entre mis dedos
la palanca de cambios
el motor encendido por el aire acondicionado.
Una emisora desconocida,
una canción desconocida
un sentimiento desconocido
que piensa y siente por mí
a través de los altavoces.
Después del parabrisas la noche
y con ella las estrellas
con ella la delincuencia y miles de grillos.
Después del parabrisa está el hambre
de un coyote,
de un perro callejero
de un día entero sin dormir.
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