20100707

Napoleón Palacios (Review)

Como existen ya varios -me atrevería a decir que demasiados- sitios de gente recomendando libros que les recomendaron a ellos, porque lo vieron en un sitio de recomendaciones, etc. Y básicamente terminan diciendo lo mismo, he decidido reseñar personas. En este caso, Napo:

Napo es un hombre de 32 años, jefe del departamento de lenguaje y literatura en un colegio jesuita. Gordo, fumador, irreverente y digno ejemplo del por qué algunos dudan de la evolución humana. Tal vez usted, querido lector, se pregunte porqué me he tomado el tiempo para realizar una reseña. La razón, si bien es satisfactoria, también es simple: a diferencia de los demás gordos de cajón, Napo no hiede. Y, aunque no sé lo estándares de los feligreses de mi blog, a mí me basta y sobra como una razón válida para pasar horas enteras con una persona que huele bien. Si a usted no le parece, le diré que está en el país equivocado, en ese caso.

En un nivel patente, y hablando de forma academicista, Napo aparece con una estética demasiado conservadora para el contexto latinoamericano, casi me atrevería a decir que su forma barroca es eficiente precisamente por contrariar a los más ortodoxos y utilizar los códigos de vestimenta de una época más bien victoriana. Inclusive, su lenguaje depurado y buenos modales aparecen como un guiño a toda una generación de nobles personajes, instruidos en palabra y buenas costumbres. Parecería como si Napoleón Palacios por momentos representara al super-hombre, bajo una apariencia humilde e ingeniosos aforismos que forman parte del día a día de este personaje.

Sin embargo, el nivel latente es difícil de dilucidar si no se encuentra la forma adecuada: diez cervezas, en un tiempo aproximado de dos horas, junto a la comida más ostentosa que baco pudo imaginar. Si en el primer nivel Napo era, como mínimo interesante, merecedor de una C después de una plática en el chupadero más deplorable que se pueda encontrar, la situación mejora de tal forma que solo Kafka y el mismísimo Góngora pueden entender a su completa cabalidad. Es decir, entre menos se entiende a este carácter o avatar más se disfruta, por esa extraña sensación de estar ante una prueba de que la genética puede ser una broma de mal gusto para unos.

Diversas referencias a películas de serie B, miligramos de nicotina al por mayor, consejos amorosos y, por qué no, sexuales, cervezas ilimitadas, nostalgia por tus raíces y una sensación irremediablemente trágica de ver hacia dónde va tu vida, le dan a Napoléon Palacios una A+.

Proximamente John Malkovich y Rosa Salguero.

1 Kwetta:

Anónimo dijo...

HOLA NAPOOOOOOOOOOOOO<3 -MV