Cuando se corre no se huye.
Se siente el viento
sobre la cara
y la cara
contra el mundo.
Las manos estorban,
pesan
desequilibran.
El pecho quiere salir
el pecho quiere escapar del cuerpo,
no volver nunca.
Y uno, por supuesto, quiere simplemente escapar.
Uno quiere perder los brazos, el corazón, los pulmones, la cabeza.
Ser solo piernas
o viento
o luz
o tiempo.
Cuando se corre solo existe uno y el camino.
Y no se huye.
Al menos, no como un cobarde.
20090606
Correr
Etiquetas: Poemas
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