20081118

Beren

A Diego Javier Boquín (el auténtico)

Palabra que no es fácil. Uno piensa que con cualquier cosita queda bien, pero es paja: cuando se trata de tu tata no podés andar con bajeradas, debés conseguirle algo que agüevo le guste. La otra vez, le compre una de esas navajas suizas, al estilo McGiver, y solo para que se perdiera sirvió (yo creo que por eso, solo camisas le regala mi nana). Ahora tengo que ver algo que no se pierda, un tatuaje estaría vergón, eso no se pierde, por más descuidado que seás. Pero si ni los piercing le gustan ya va a aceptarme un tatuaje. Podría regalarle unos lentes también: todos los que trae se los pierdo, ya va siendo hora que me haga responsable.

Esto me pasa por ponerme a última hora a escoger este tipo de babosadas. Además, no sé porque tendría yo que regalarle algo, de todos modos, él me da el dinero, mejor que se compre algo que le guste y ya. Ya sabe que lo amo, y un vergo. Pero vas a creer, vos, que con un pull-over le voy a estar demostrando esas cosas: no, señor, lo único que podría regalar uno para este tipo de eventos es un riñón o la médula, pero cuando andás regalando eso es porque ya está jodido el maje y mejor dale un buen trago, lo va a disfrutar más.

Ya sé que él me ha dado más, pero siempre cuesta decidirse por algo, por pequeño que sea. El problema es que ni saldo tengo para hablarle y decirle feliz cumpleaños que los cumplas feliz y que, ojalá, te encontrés a Claudia Palacios en aprietos para llegar y abordarla como Dios manda. No, ni saldo para eso tengo. Solo a él se le ocurre vivir tan lejos; si estuviera aquí con hacerle un buen desayuno y darle un abrazo a lo "película de Disney" bastaría. Yo creo que voy a terminar dándole un libro o algo por el estilo. Sí, eso siempre es bueno: un libro de Tolkien o Kundera... Puta, pero están caros, y no tengo ni para el pasaje. A la Stephy le sale más fácil: se pone a jugar con plastilina, le hace algo y queda bien; y para terminar de joderme, me toca limpiar el cuarto, que siempre queda hecho un degenere que ni Dios padre y Benedicto XVI pueden componer.

Es que no es fácil. Palabra. Pero por lo menos sabe o intuye que lo amo (al menos, eso espero, porque si no estoy cagado). A saber. Solo espero que, si no puedo darle señales de vida, la pase bien: ya va saliendo de los treinta y a saber qué crisis le va a agarrar con eso de la mediana edad, tal vez se compra un convertible y lo agarro para salir a fregar con la raza. Larga-vida-y-buena-muerte, como decía Roque. Aquí se le aprecia y se le quiere más que a cualquier otro.
F. Diego Javier Boquín (el otro)