20080402

Esa Muerte Pequeña

Ha finalizado la cuenta regresiva de los días
he visto resplandecer al alba esta madrugada
e indudablemente me ha recordado tu sonrisa etérea y
tu lenta mirada, que nace día a día de los gritos perfumados
y la resignación de las lágrimas.

Amanezco con el sol hostigando mis pupilas
que son tan tuyas como mis manos
que son tan tuyas como la vida...
y entre tanto mi corazón mudo pronuncia
en su diástole tú nombre.

También me ha recordado tu mirada fija de aquella tarde
en la que invoqué fúricamente tu silueta y me negaste tu presencia; mi alma
no conocía aún tu nombre (aún no lo conoce)porque la poesía de tus sílabas no nace del alma inexistente
sino de aquel puñadito de carne atravesado en las costillas
ese puñadito llamado corazón.
Y mi terco corazón ciego
necesita ver en su sístole tu nombre
en su diástole tu casa.

El remanso de este tiempo impostergable
hace callar delicadamente mi memoria
y apresura tus voces hacia mí, apresura mi beso hacia la nada.
Ya no hay contracciones aprehensivas en mi pecho
ya no hay sístole, ya no hay diástole.
Y mi corazón ahora rígido
pronuncia por última vez tus letras
pronuncia los sonidos de la muerte.